Escrito por Marta Denis Valle
Prensa Latina
La Habana, (PL) La historia marca sucesos capaces de cambiar el rumbo de una nación entera como el asalto al cuartel Moncada, en 1953, cuya grandeza trascendió las fronteras patrias e inició una nueva era en Nuestra América.
La justeza de sus ideas llevó a la generación del centenario martiano a exponer sin miedo sus vidas y sembrar la semilla de ese cambio histórico rotundo que, a pesar del fracaso militar, empezó a convertirse en realidad un lustro después.
Cuba celebra la fecha de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, hecho luctuoso en su momento por la sangre derramada; un día convertido en motivo de regocijo porque el 26 de julio de 1953 se produjo la sentencia de muerte de la opresión neocolonial en este país.
En 1898, la intervención militar de Estados Unidos frustró la independencia y soberanía; desde entonces Washington impidió todo intento de los cubanos de sacudirse su yugo.
A casi medio siglo de la instauración de la República neocolonial -agotada por la demagogia, la corrupción y el robo del tesoro público-, retrocedió a la época de la bota militar y la tortura con el golpe de estado del 10 de marzo de 1952.